sábado, 4 de febrero de 2012

Un nido lleno de “bebés dinosaurio”

fig. 1

fig. 2

fig. 3

fig. 4
Quince crías de dinosaurio quedaron enterradas por un desprendimiento de tierra cuando todavía estaban vivas. Gracias a ese hecho fortuito sus restos fósiles han llegado hasta nuestros días. Un equipo de paleontólogos los ha localizado en una en una cueva de la región de Tugrikinshire, Mongolia.

El hallazgo sugiere que los “bebés dinosaurio”, del género Protoceratops, fueron criados en el interior de un nido de cerca de 1 metro de diámetro. Los Protoceratops es un género de dinosaurios que vivieron a finales del período Cretácico, hace 70 millones de años, en lo que hoy es Asia. El hallazgo de múltiples ejemplares juveniles en un mismo nido (figs. 1 y 2) parece ser que no suele ser habitual. Todos los restos fósiles muestran las características de ejemplares juveniles, como el hocico corto o unos ojos proporcionalmente grandes respecto a la cabeza (figs. 3 y 4), y no tenían, por ejemplo, los grandes cuernos que poseían los ejemplares adultos de la especie

El nido y su contenido implican, según el responsable de la investigación, David Fastovsky, de la Universidad de Rhode Island, Estados Unidos, que las crías de Protoceratops permanecieron y crecieron en su nido durante al menos las primeras etapas de su desarrollo, y que fueron atendidos por sus padres, como demuestra la distribución del nido. El gran número de crías, sin embargo, también sugiere que la mortalidad de ejemplares juveniles era alta, no solo como consecuencia de la depredación, sino también por un entorno potencialmente estresante.

“Las garras de gran tamaño pueden haber sido una manera de asegurar la supervivencia de los animales en ese entorno, incluso aunque contaran con la protección de sus progenitores”, según Fastovsky.


Fotos: Kh. Tsogtbaatar

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