miércoles, 31 de agosto de 2011

Dos solitarias motas de luz






No es la primera vez que salen retratadas juntas. Las imágenes del sistema Tierra-Luna son especialmente fascinantes gracias al contraste entre los dos astros. El pequeño y grisáceo satélite natural de la Tierra es muy diferente de nuestro blanco y azulado planeta.

En su camino hacia Júpiter, el pasado 26 de agosto, la sonda espacial Juno de la Nasa ha captado esta instantánea que muestra la Tierra y la Luna desde una distancia extraordinaria, del orden de 9 millones de kilómetros. Para hacernos una idea de lo que este alejamiento representa digamos que la Luna se encuentra a una distancia media de 384.400 kilómetros de la Tierra.

Volviendo a la imagen, el valor de ésta no solo reside en su perspectiva -rara vez se presenta la oportunidad de ver ambos mundos como unas motas de luz casi imperceptibles por el fulgor del Sol- sino también en la fragilidad que transmiten desde tan lejos, como dos gotas flotando en la tenebrosa soledad del océano cósmico.
Aunque no seamos distinguibles, muy pronto habrá 7000 millones de seres humanos en ese pálido punto blanco-azulado. Ciertamente, da que pensar. Mientras hacemos el amor o la guerra, nos lavamos los dientes o nos desplazamos al trabajo, estamos al mismo tiempo recorriendo el Universo, adheridos a la superficie de un planeta rocoso y protegido tan sólo por una tenue capa de atmósfera habitable. Nos guste o no, es donde tenemos que quedarnos. ¿Puede haber algo tan misterioso que esta desconcertante incongruencia de llevar nuestra vida cotidiana a bordo de una nave espacial planetaria, tan vulnerable?

Y gracias al otro punto luminoso, la Luna, los humanos estamos aquí. Si no fuera por ella, la Tierra daría una vuelta cada 8 horas en lugar de cada 24. Los años tendrían 1.095 días de 8 horas. Con la Tierra dando vueltas a una velocidad exagerada los vientos serían mucho más potentes de lo que conocemos hoy día, la atmósfera tendría mucho más oxígeno y el campo magnético sería tres veces más intenso. Es evidente que la vida o no hubiera sido factible, o bien habría evolucionado de forma totalmente diferente a como la conocemos.


Tiempo requerido para que un rayo de luz viaje desde la Tierra hasta la luna. El tamaño y la distancia están a escala

martes, 30 de agosto de 2011

Estas imágenes tienen a los astrónomos la mar de contentos






Uno de los momentos más efímeros de los fenómenos espaciales, un cometa en rumbo de colisión hacia el Sol, ha sido observado por primera vez. Acercándose a un fatal e irremediable desenlace, este cometa, cuando se encontraba a 150 millones de kilómetros de la Tierra, fue captado por los telescopios de dos observatorios espaciales, SOHO y SDO, de la Agencia Espacial Europea y la Nasa. El primero de ellos obtuvo instantáneas del momento en que el cometa, aún con su cola característica, era atraído por la titánica gravedad de la estrella. Posteriormente, el otro satélite pudo captar, directamente en frente del Sol, los instantes últimos – que vemos en la imagen insertada - de la existencia del cometa, ya reducido a una trazo luminosa, y justo antes de desaparecer para siempre vaporizado en la inmensidad de la incandescente atmósfera solar, cuya temperatura es de dos millones de grados centígrados. Hasta ahora nadie había visto realmente ese viaje final de un cometa “kamikaze”, por lo que estas imágenes tienen a los astrónomos emocionados.

Fotos: Nasa y Esa

El dinosaurio que se defendía a patadas






Tenía una corpulencia imponente. Era un dinosaurio de enormes proporciones, provisto de un cuello largo, una cabeza pequeña, patas gruesas y poderosas y una cola robusta, características todas ellas que definen a los dinosaurios saurópodos. Sus restos fósiles fueron encontrados en una cantera de Utah (Estados Unidos) y tienen unos 110 millones de años de antigüedad.


Los restos fósiles del animal

El esqueleto del animal, hallado de forma incompleta, incluye los huesos del hombro, la cadera, las costillas, las vértebras y algunos fragmentos que no han sido identificados. Se sabe, eso sí, que pertenecen a dos ejemplares, un adulto, probablemente una hembra, y su cría. Tras la investigación realizada, en la que han participado científicos de la Escuela Universitaria de Londres y el Museo Sam Noble de Historial Natural de la Universidad de Oklahoma, se determinó que los huesos pertenecen a un nuevo género de dinosaurio, que ha sido bautizado como Brontomerus (“muslos de trueno”).


Sus poderosos múscules le servían para deshacerse a patadas
de sus depredadores


Pero lo que más ha llamado la atención de los paleontólogos ha sido el inusual tamaño del hueso ilíaco de la cadera del ejemplar adulto, que es excepcionalmente grande. La forma de los huesos indica que el animal habría tenido los músculos de la pierna más grandes y poderosos que cualquier saurópodo conocido. Se ha llegado a la conclusión de que este rasgo anatómico le resultaba muy útil para defenderse mediante patadas y moverse por zonas escarpadas. El Brontomerus utilizaba, en efecto, sus potentes patas como un arma contra sanguinarios depredadores que querían atacarlo, como el Deinonychus (“garra terrible”) y el Utahraptor (“ladrón de Utah”). Vamos que aquella bestia se defendía a patadas. Y aquellos golpes tuvieron que ser letales por necesidad, teniendo en cuenta que estaban propinados por un dinosaurio que habría pesado alrededor de 6 toneladas y medido 14 metros de longitud.

sábado, 27 de agosto de 2011

La marcha nocturna del sueño paradójico





Todo el mundo sueña. Cada noche nuestro cerebro nos pide con insistencia que le dejemos soñar. Nada menos que cinco años de nuestra vida los pasamos en los brazos de Morfeo, un descanso satisfactorio durante el que podemos llegar a tener aproximadamente unos 150.000 sueños, así que soñar tiene que ser algo vital para nuestra existencia.

Los investigadores han comprobado que e sueño tiene cinco etapas las cuales son repetitivas cada 90 minutos y forman a su vez un ciclo que inicia con el sueño ligero hasta llegar al más profundo, fase en la que nuestro cuerpo pierde toda capacidad de movilidad y en la que se manifiestan los sueños. Los sueños llevan en si un mensaje implícito, todo lo que aparece no resulta literal ya que tiene una fuerte carga simbólica, es por ello que se habla de una interpretación de los sueños.

El espacio de tiempo que una persona pasa dormida transcurre por diferentes estados y fases. Este ha sido un descubrimiento fundamental en la tarea de desentrañar el misterio del sueño humano. Nadie podía imaginar que durante la noche tuviéramos un periodo de actividad tan intensa a pesar de estar en reposo. El núcleo central del sueño se denomina fase de Movimientos Oculares Rápidos (MOR o REM en inglés, de rapid eye movements), la cual se caracteriza por una actividad casi tan frenética como la del estado de vigilia. Esta fase ocupa una cuarta parte del tiempo que una persona pasa dormida.

Durante la fase Mor el ritmo cardiaco y respiratorio aumenta, así como la presión arterial, y la temperatura corporal no está bien regulada. Nuestros ojos, cerrados, se mueven con inusitada rapidez y y la actividad de las neuronas del cerebro se asemeja a la de cuando se está despierto, por lo que también se le llama sueño paradójico. Casi todos los órganos de nuestro cuerpo reciben descargas provenientes del tronco cerebral para mantener, incluso durmiendo, operativas sus funciones. Durante esta fase se presenta la mayor frecuencia e intensidad de las llamadas ensoñaciones (sueños, las escenas oníricas). Son comunes las erecciones del pene o del clítoris, al margen del contenido del ensueño.

Gracias a los modernos estudios sobre el sueño ahora sabemos que las erecciones nocturnas o el aumento de temperatura del clítoris durante la fase Mor no son a causa de las actividades oníricas o de los deseos sexuales reprimidos, como apuntaban las teorías de Sigmund Freud , sino a consecuencia de la intensa actividad que desarrolla el sistema nervioso durante esa fase del sueño.

Finalmente, señalar que dos investigadores españoles Javier Márquez-Ruiz y Miguel Escudero, del departamento de Neurociencia y Comportamiento, de la Universidad de Sevilla, han descrito por primera vez el origen y la causa de los movimientos oculares rápidos En la fase Mor, según ellos, los ojos convergen y rotan hacia abajo, manteniéndose así durante el sueño. Tras observar la actividad de las neuronas responsables del movimiento lateral del ojo, los investigadores hallaron que éstas se encuentran inhibidas, igual que la musculatura del resto del cuerpo.

Parece ser que estos movimientos oculares son automáticos y pueden tener la misma relación con el sueño que otros músculos del cuerpo. Su origen, según los investigadores, estaría en una gran onda bioléctrica que se registra prácticamente en todo el cerebro y cuyo rigen y función son hoy día desconocidos. Asimismo se mantiene la incógnita sobre por qué se mueven los ojos y no las piernas o los brazos.

Tras la pista de la vida primigenia



El cratón de Pilbara se ha convertido en el lugar más idóneo del Planeta para buscar indicios del origen de la vida en la Tierra. Ha sido allí, una vez más, en la formación Strelley Poll, en la regiónde Pilbara, en el noroeste del país, donde un equipo de científicos, en una investigación conjunta entre la Universidad de Australia Occidental y de la Universidad de Oxford del Reino Unido, ha descubierto huellas de presuntos fósiles microscópicos pertenecientes a unas bacterias que vivieron hace 3.400 millones de años Por aquél entonces la Tierra, que se formó alrededor de 4.530 y 4.580 millones años atrás, era un mundo muy joven y violento, dominado por grandes erupciones volcánicas y colisiones con meteoritos. Los mares, en aquél tiempo remoto, tenían la temperatura de un baño de agua caliente, unos 40 ó 50 grados centígrados.




Evidencia de microfósiles de bacterias (en el recuadro

insertado) que vivieron en la Tierra primigenia

Los geólogos consideran que un cratón es una masa continental llegada a tal estado de rigidez en un lejano pasado geológico que, desde entonces, no ha sufrido fragmentaciones o deformaciones, al no haber sido afectadas por los movimientos orogénicos. En Australia occidental (cratón de Pilbara), en Sudáfrica (cratón de Kaapvaal) y en Groenlandia son las únicas áreas conocidas que permanecen con restos del Arcaico (de hace 3.800-2.500 millones de años), que contienen las rocas terrestres más antiguas.

Los microfósiles descubiertos en Pilbara, según los investigadores, serían unos 200 millones de años más antiguos que los que se habían descrito con anterioridad, en 2002, en la misma zona. Pero aquél hallazgo fue muy discutido por numerosos expertos, que no encontraron pruebas suficientes de que se trataba efectivamente de restos orgánicos y no de formas caprichosas propias de los procesos de mineralización de las rocas.







Mapa de Australia con la región de Pilbara coloreada en rojo

Los investigadores han utilizado técnicas muy sofisticadas para analizar los nuevos microfósiles, y han descubierto que aparecen asociados a diminutos cristales de pirita, un mineral de azufre y hierro. Esto significa que aquellas presuntas bacterias primigenias necesitaban el azufre para sobrevivir en un entorno en el que aún no había oxígeno. También en la actualidad existen numerosas bacterias que se alimentan de azufre. Se trata de microorganismos extremófilos que viven con poco oxígeno, en su mayor parte en las profundidades oceánicas, al amparo de las chimeneas hidrotermales que calientan el agua con el calor que se escapa del interior de nuestro planeta.

El lector habrá observado que hemos aplicado la presunción al referirnos a estos microfósiles Aunque el hallazgo podría ser una nueva evidencia de que la vida surgió en la Tierra en una época muy temprana de su historia, conviene ser prudentes y conocer exactamente lo que se ha encontrado.. El investigador español Jesús Martínez Frías, del Centro de Astrobiología CSIC-INTA, lo explica muy bien. Según él, “las bacterias en sí no fosilizan, sino que lo que se encuentran son las huellas que dejaron y que en este caso no se trata de restos de actividad biológica. "La evidencia, pues, es indirecta”, continúa diciendo el investigador, “principalmente a través de isótopos y no por la identificación de marcadores biológicos, que son compuestos orgánicos que proceden, inequívocamente, de la actividad metabólica de microorganismos; una relación isotópica no es, por sí misma, un marcador biológico, sino un marcador geológico”.

En suma, que hay que seguir esperando a que aparezcan más evidencias que aporten una prueba a todas luces irrefutable y definitiva

jueves, 18 de agosto de 2011

Tres perlas desde la Estación Espacial Internacional



(pulsar sobre las imágenes para ampliar)

En esta espectacular instantánea, tomada por el astronauta Ron Garan, se observa un veloz meteoro rasgando la atmósfera terrestre. La imagen está tomada desde una atalaya singular, la más privilegiada de todas, la Estación Espacial Internacional. Desde la perspectiva del astronauta, situado a una altitud de aproximadamente 380 kilómetros, el trazo del meteoro apunta hacia la Tierra. Un observador situado en la superficie terrestre, en cambio, vería el mismo meteoro apuntando en dirección opuesta, es decir, hacia el cielo.

El meteoro de la imagen pertenece a la famosa lluvia de estrellas de agosto, llamada Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Las lágrimas de San Lorenzo, denominadas así por el santo del día, son en realidad los restos del cometa Swift-Tuttle, cuya órbita atraviesa la Tierra todos los años a mediados del mes de agosto. Su otro nombre, el de Perseidas, proviene de la constelación de donde parecen caer los detritus cometarios, la de Perseo. Al penetrar en la atmósfera, las partículas de polvo dejadas por el cometa se calientan hasta la incandescencia y se consumen en pocos segundos, dejando su magnífica estela luminosa, el meteoro propiamente dicho. Los resplandecientes granos de polvo cometario viajan a 60 kilómetros por segundo cuando penetran en la zona más densa de la atmósfera terrestre, a unos 100 kilómetros de altitud.

En la imagen, por encima del destello del meteoro, cerca del limbo de la Tierra, aparece la brillante estrella Arcturus, la tercera estrella más brillante del cielo nocturno, bajo una capa atmosférica verdosa. A la derecha, se manifiesta la resplandeciente luminosidad del Sol. La instantánea fue captada el pasado 13 de agosto mientras la Estación espacial sobrevolaba una zona de la frontera entre Mongolia y China.




Una de las consecuencias de estar a bordo de la Estación Espacial Internacional es poder viajar a una velocidad de vértigo, superior a los 27.000 kilómetros por hora. Esto permite que los astronautas que viven en ella puedan dar hasta 16 giros alrededor de la Tierra cada 24 horas, lo que representa dar una vuelta al mundo cada hora y media. Por consiguiente, la Estación entra en el hemisferio no iluminado del Planeta y sale de él cada 90 minutos, produciéndose en ese intervalo de tiempo un anochecer y un amanecer sucesivos. O sea, los astronautas gozan de un espectáculo extraordinario al poder contemplar hasta 16 puestas y salidas de Sol en un solo día terrícola, y de Luna, cuando ésta puede ser vista desde nuestro planeta.

Y a veces ocurre que tanto el Sol como nuestro vecino satélite se pueden ver poniéndose a la vez, como se aprecia en esta fascinante imagen obtenida por el astronauta Ron Garan desde la Estación orbital. Unas puestas de Sol y de Luna captadas simultáneamente, una visión fantástica en el cielo nocturno.





Finalmente, en esta otra imagen, igualmente captada desde la Estación espacial, se observa la formación de una violenta tormenta eléctrica. La luminosidad generada por los rayos se aprecia desde una perspectiva inusual, por encima de las masas nubosas de cumulonimbos: un titánico flujo eléctrico listo para impactar sobre el escenario terrestre. Bajo la forma de rayo, la ira de los dioses descarga su furia sobre la faz de la Tierra más de cincuenta veces por segundo. Más arriba, en la imagen, se aprecian las luces de las ciudades.

martes, 16 de agosto de 2011

El “Arqueoptérix”, un dinosaurio disfrazado de pájaro





Un nuevo fósil desenmascara a la criatura que desde hace 150 años se consideraba el ave más primitiva







Es un de los hallazgos más importantes de la historia de la paleontología, y se encuentra además entre los más bellos y famosos fósiles del mundo. Se le describe como una pieza clave en nuestro conocimiento de la evolución de los seres vivos. Se dice que es el perfecto ejemplo de forma de transición entre los dinosaurios y las aves. En efecto, comparte características con los dinosaurios como los dientes, las garras y una larga cola ósea, y también posee rasgos de las aves contemporáneas: plumas bien desarrolladas en sus alas y cola, espolón, patas con tres dedos, entre otros. El Arqueoptérix tenía el tamaño de un cuervo y su edad, 150 millones de años (Jurásico superior), le otorgaría el rango de ave más antigua conocida





Especímenes de Arqueoptérix





El primer espécimen se encontró hace 150 años y desde entonces han aparecido diez en total, todos ellos en una cantera de piedra caliza, en Alemania. Las evidencias apuntan a que los dinosaurios y las aves comparten muchas características, lo que apoya la idea de que los dinosaurios fueron efectivamente los antepasados de las aves. El origen de las plumas constituye, sin embargo, el gran misterio que los Arqueópterix no ayudan a resolver, pues las suyas son completamente modernas. Sus alas son, en esencia, muy similares a las de un pájaro actual, pero se ignora si el Arqueoptérix podía batirlas con fuerza y realizar un vuelo completo, o simplemente un planeo.




El paleontólogo Xing Xu junto a su hallazgo




Pero el Arqueoptérix acaba de perder su envidiable estatus de fósil estrella. En realidad, no sería más que un dinosaurio con aspecto de pájaro, según un estudio que se centra ahora en un pariente suyo fosilizado hallado recientemente. La criatura, con forma de pollo y apenas 800 gramos de peso, vivió entre hace 160 y 140 millones de años El Xiaotingia Zhengi, que es como se llama el nuevo espécimen, ha sido descubierto por el equipo del profesor Xing Xu, del Instituto de Paleontología de Vertebrados de Pekín, durante unas excavaciones en el noreste de China.




Reconstrucción artística del nuevo dinosaurio emplumado





Hay muchas evidencias que sugieren que el Xiaotingi y el Arqueoptérix son más parecidos a unos tipos de dinosaurios denominados Deinonicosaurio que a los pájaros. Los Deinonicosaurios son un género de dinosaurios carnívoros cuyas principales características eran la posición bípeda, las plumas sobre su cuerpo o un dedo extensible en las patas posteriores.

El Xiaotingi no es un ave, pero tiene unas alas tan robustas y emplumadas como las que hasta ahora sólo se atribuían a las aves. Sin embargo es un pequeño y feroz dinosaurio, según los paleontólogos chinos, como aseguran que también serían los Arqueoptérix, con los que comparten esta característica. Es decir, ninguno de dos los estaría en el origen de la historia evolutiva de las aves y pasarían a formar parte del extenso grupo de dinosaurios con plumas, fósiles de transición entre dinosaurios clásicos y aves.

lunes, 15 de agosto de 2011

Humanos y robots hablarán roila






Se trata de un idioma artificial creado para facilitar la comunicación verbal entre nosotros y ellos







Ya están aquí. Por cada día que pasa, hay cada vez más robots y androides en el mundo. Existen ejemplares de todo tipo, ejecutando muy diversas tareas y trabajando en amplios sectores, desde la producción en masa de bienes industriales hasta la exploración espacial, pasando por la Medicina y los servicios Algunos de ellos muestran incluso un comportamiento inteligente, especialmente imitando a los humanos. Androides capaces de pensar, actuar y relacionarse con personas. Pero no todo el monte es orégano. Entre ellos y nosotros existen barreras a la hora de interactuar.

Podemos admirar su velocidad y su eficiencia, pero también sentir una gran frustración cada vez que intentamos hacer algo tan básico para el ser humano como es la comunicación. Los sistemas actuales de reconocimiento de voz son muy limitados.Un grupo de científicos de la Universidad Técnica de Eindhoven ,en los Países Bajos, está decidido en acabar con esta limitación, y para ello está creando todo un nuevo lenguaje de comunicación para robots. Su nombre es Roila, (del inglés Robot Interaction Language), y tiene como objetivo fundamental ser fácil de aprender para los humanos, y lo suficientemente sencillo de entender para los robots.




Un humano charlando con la cabeza robótica
Bina 48, un androide parlante. Foto: Max Aguilera Hellweg



Roila tiene una gramática muy simple: sin irregularidades, sin artículos y sin la categoría del plural. La fonética también está muy simplificada: la composición sonora del idioma ha sido desarrollada de modo que permitirá a las “máquinas” reproducir sus palabras verbalmente; contiene sólo sonidos que son comunes para todas las lenguas principales del mundo.

Según sus creadores, este lenguaje artificial, creado específicamente para hablar con los robots, es altamente optimizado para ser aplicado en sistemas de reconocimiento de voz, lo que debería, al menos en teoría, hacer a los robots mucho más receptivos a nuestros mandatos. Actualmente cuenta con unas 850 palabras básicas.

Tal vez esta simplicidad sea lo que necesitamos para mantener una comunicación coherente con un robot, al menos hasta que la tecnología alcance el nivel de desarrollo suficiente que nos permita hablar naturalmente. En la página oficial de Roila http://roila.org/ ya hay disponibles varias descargas y una gran lista de palabras con el nuevo idioma, por lo tanto cualquier interesado podrá comenzar a "entrenarse" en Roila y hablar con cualquier robot que pueda interpretarlo. Claro que, todavía tiene mucho trabajo por delante. Ya hay palabras disponibles en Roila como hombre (losa) y hablar (senit) y caminar (fosit), pero, irónicamente, aún no hay una palabra equivalente para "robot".

domingo, 14 de agosto de 2011

Bacteria: levántate y anda


La foto que demuestra cómo las bacterias pueden erguirse y moverse en vertical






Hasta ahora se pensaba que las bacterias eran seres que vivían en un micromundo bidimensional, que se movían y arrastraban como lo hacen las serpientes, a lo ancho y largo, pero no en profundidad. Pero la realidad, una vez más, supera a la imaginación más desbordada. Se ha descubierto que algunas bacterias son asimismo criaturas tridimensionales, ya que son capaces de erguirse y moverse en vertical.

Una investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, demuestra que la Pseudomona aeruginosa, la bacteria que se ha estudiado, puede moverse erguida. Y lo han grabado en vídeo, donde se ve cómo una P. aeruginosa se divide y una de sus “hijas” deja su cuna bidimension para levantarse y marcharse caminando a recorrer mundo, sin ni siquiera pararse a gatear antes.





La bacteria P. aeruginosa

(Agrandar haciendo clic sobre las imágenes)

Los investigadores han comprobado cuál es el secreto de la movilidad vertical de las bacterias. Éste reside, al parecer, en sus apéndices en forma de gancho (los fragelos, o largos filamentos móviles compuestos de proteínas), situados en los extremos de algunas especies. Las P. aeruginosa, implicadas en las infecciones de la fibrosis quística, los poseen. Los microbiólogos de la UCLA grabaron en vídeo a estas bacterias y comprobaron que realmente tienen dos tipos de movimiento: el horizontal, más lento y torpe, y el vertical (o perpendicular al plano), más eficiente energéticamente para ellas.




Bacteria arrastrándose horizontalmente



La razón por la que cambian de movimiento es, por el momento, todo un misterio. Eso sí, lo hacen con cierta frecuencia, según verificaron los investigadores de la Universidad de Notre Dame mediante un programa informático, que permite seguir el movimiento de miles de bacterias de minutos a horas.



Bacteria "puesta en pie"






Además de abrir un universo nuevo sobre el comportamiento de las bacterias, los resultados tienen importantes implicaciones biomédicas.La importancia para la Medicina es que la bacteria que se ha estudiado causa infecciones de pulmón, piel, ojos y gastrointestinales. Estas infecciones son, por desgracia, la causa principal de muerte para las personas con fibrosis quística. A medida que los investigadores aprendan más sobre cómo la P. aeruginosa coloniza las superficies, tal vez se puedan desarrollar métodos más afectivos para tratar ésta y otras enfermedades.

sábado, 13 de agosto de 2011

Albert Einstein, abstraído y fumando en pipa




La pipa del señor Einstein






Son muchos los personajes famosos que han fumado en pipa a lo largo de la Historia, pero ninguno tan carismático como Albert Einstein. La figura de Einstein reflexionando a través del humo de su pipa es el prototipo puro de científico y sabio en todos los sentidos. “Fumar en pipa predispone a juzgar con calma y objetividad los actos humanos”, llegó a decir en cierta occasion el padre de la Relatividad.




Einstein se inició en el arte y placer de la pipa tomando “prestado” el tabaco de los cigarrillos que fumaban sus alumnos. Más tarde se convertiría en un sibarita de la pipa, ya que conocería al detalle las características de muchos tabacos, elegiendo escrupulosamente sus numerosas pipas. Su pasión aumentó en Princeton, en Estados Unidos, ciudad en la que estableció durante la última etapa de su vida.

En el Museo de la Institución Smithsonian de Washington se conserva una pipa de Albert Einstein con su nombre grabado. Fue adquirida, en 1979, por la citada institución a los herederos de la que fuera su secretaria, Gina Plunguian, quien la recibió como regalo del propio científico en 1948.






Einstein usó esta pipa durante muchos años (basta verla para comprobar que está más usada que la pipa de un indio, como vulgarmente se suele decir) y quién sabe cuántas ideas geniales sobre el Universo se le ocurrieron mientras fumaba en ella, o mientras la sostenía entre los labios apagada, como se aprecia en tantas fotografías.

viernes, 12 de agosto de 2011

Una plesiosaurio embarazada






Descubren los huesos de un feto dentro del fósil de una hembra de un reptil marino de hace 78 millones de años





El dóble fósil de la madre de plesiosaurio

( en el recuadro)

y detalle del feto( circulos rojos)





Poblaron todos los mares del Mesozoico, un remoto período de la historia de la Tierra que se inició hace 251 millones de años y finalizó hace 65 millones de años. Con frecuencia se los identifica erróneamente como "dinosaurios marinos". Pero los plesiosaurios, en realidad, fueron gigantescos reptiles que evolucionaron de remotos antepasados que tenían un cuerpo parecido al de un cocodrilo.





Detalle del esquelto fetal

Ahora, una investigación llevada a cabo por F. Robin O' Keefe, de la Universidad de Marshall, en Huntington, Estados Unidos, y Luis Chiappe, del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, ha permitido encontrar la primera evidencia de que las hembras de plesiosaurio daban a luz a un retoño en vez de poner huevos en tierra.




Pareja de pleosiosaurios

La clave de semejante descubrimiento se encuentra en un fósil único, ahora expuesto al público en el citado museo, de una hembra embarazada que, sorprendentemente, contiene huesos fosilizados de un feto. Se trata de un ejemplar adulto de plesiosaurio de hace 78 millones de años, de la especie Polycotylus latippinus, que medía 4,5 metros de largo. El fósil, descubierto en 1987 en un rancho de Kansas por dos paleontólogos aficionados, se encuentra casi completo con la excepción de algunas partes de cuello y el cráneo de la madre-, Lo espectacular es que contiene dentro un esqueleto fetal que muestra la mayor parte de un cuerpo en desarrollo, incluyendo las costillas, veinte vértebras, los hombros y las caderas, entre otros huesos. No es de extrañar que estos huesos fosilizados hayan pasado desapercibido hasta ahora porque los restos fósiles de la madre están incrustados en 12 bloques separados y éstos estaban colocados desordenadamente.




El Plesiosaurio, dando a luz a una única cría.


(S.Abramowicz)





Además, por otra parte, el feto es muy grande en comparación con la madre (alrededor de un tercio del tamaño de su progenitora), mucho más grande de lo que los paleontólogos podían esperar, por lo que creen que estos animales parían una sola cría de gran tamaño, vivían en grupos sociales y se comprometían en los cuidados maternos, como las ballenas o delfines modernos.




La madre de pleosiosaurio y su cría (Nicolle Rager)

domingo, 7 de agosto de 2011

Tienes miopía? : observa esta imagen para averiguarlo

Aude Oliva es una profesora que imparte enseñanzas en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés), la universidad más selectiva de los Estados Unidos. Esta neurocientífica ha creado una curiosa imagen que nos permite saber si padecemos o no de miopía, el problema visual más común en el mundo, junto con la hipermetropía. La miopía ocasiona un enfoque inadecuado de la imagen sobre la retina, causando por lo tanto una disminución de la agudeza visual.

La investigadora utiliza este tipo de imágenes para estudiar el comportamiento de nuestro cerebro respecto a la información visual que le llega. Nuestros ojos perciben resoluciones tanto de alta frecuencia (líneas definidas), como de baja frecuencia (figuras borrosas). La resolución de una imagen indica cuánto detalle puede observarse en ella. Tener mayor resolución se traduce en obtener una imagen con más detalle o calidad visual.




(Agrandar haciendo clic sobre la imagen)

Pues bien, al combinar las frecuencias de alto nivel de una imagen con frecuencias bajas de otra, el cerebro construye una percepción resultante que cambia según la distancia y el tiempo. Si nos situamos a una distancia normal de la pantalla del ordenador para contemplar esta imagen, y vemos la figura de Albert Einstein, esto significa, según Aude Oliva, que no padecemos de miopía. Si, por el contrario, observamos la silueta de Marilyn Monroe, existen bastantes posibilidades de padecer este trastorno ocular y debemos acudir al oftalmólogo.