viernes, 24 de febrero de 2012

El ser vivo más longevo de la Tierra, en Formentera

fig. 1
fig. 2

fig. 3

Divulgar asuntos científicos, poner los conocimientos de una minoría al alcance de la mayoría, es una tarea gratificante. La satisfacción es mayor todavía cuando se trata, como en este caso, de dar a conocer un hallazgo en el que participan científicos españoles

¿Cuál es el ser vivo más antiguo de la Tierra? Si fuera una pregunta de un concurso de televisión, contestaría que las famosas secuoyas gigantes Pues bien, hubiera metido la pata. La secuoya más vieja tiene alrededor de 2.200 años; una edad irrisoria comparada con los cien mil años que se estima tiene el ser más longevo de la biosfera.

El vetusto organismo ha sido descubierto en aguas de Formentera por un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), encabezado por Carlos Duarte, que también trabaja en la Universidad de Australia Occidental en Perth. Su nombre es Posidonia oceánica y es una planta acuática (fig. 1) que sólo se encuentra en el Mediterráneo. Tiene características similares a las plantas terrestres, como raíces, tallo y hojas. Forma vastas praderas submarinas que tienen una notable importancia ecológica, ya que en ellas viven infinidad de organismos (fig. 2) que encuentran allí alimento y protección.

¿Cómo una humilde planta puede vivir tanto tiempo? El secreto de su extrema longevidad reside en su forma de propagarse, que se lleva a cabo con un solo progenitor y sin intervención de las células sexuales, lo que se denomina científicamente reproducción asexual o clonal. El resultado es un conjunto de individuos genéticamente idénticos o clones.

Los investigadores del CSIC comprobaron que el tallo subterráneo de la Posidonia crece horizontalmente a lo largo de kilómetros de lecho marino, de modo muy lento, emitiendo a su paso nuevas raíces y brotes según van muriendo los viejos. Así se han creado millones de plantas a partir de un primer y único brote, surgido hace ya cien mil años. Los científicos encontraron una pradera submarina de esta naturaleza (fig. 3) cerca de la isla de Formentera que, según las estimaciones, mide más de 15 kilómetros. La identificación de la planta fue posible gracias al uso de marcadores genéticos.

Pero esta planta tiene un grave problema de salud. Las praderas de Posidonia de ven ahora amenazadas por el cambio climático. El Mediterráneo se ha calentando tres veces más rápido que el promedio mundial, y dichas praderas se ven seriamente diezmadas cada año.


Fotos: Manu Sanfelix

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