fig. 1
fig. 2
fig. 3
Acaba de ser presentado en sociedad. Lo han bautizado con el apodo de “Shieldcroc” (cocodrilo con escudo) y es el antepasado más antiguo conocido de los cocodrilos modernos que se encuentran en África. Vivió hace unos 95 millones de años, a finales del periodo del Cretácico, en los que hoy es Marruecos, cuando los dinosaurios eran los superseñores de la Tierra.
Un equipo de paleontólogos, dirigido por Casey Holliday, de la Universidad de Missouri, en Columbia, Estados Unidos, ha identificado la nueva especie de cocodrilo prehistórico a partir del estudio de un fragmento de cráneo fosilizado (fig. 2). Los análisis determinaron que el cocodrilo poseía un rasgo especial: una estructura en la parte suprior de su cabeza, parecida a un escudo, de ahí su apodo. Por otra parte, una reconstrucción en 3D del fragmento de cráneo (fig. 3) ha permitido localizar las zonas donde se encontraban el cerebro (en azul, en la imagen) y los vasos sanguíneos (en amarillo).
Un equipo de paleontólogos, dirigido por Casey Holliday, de la Universidad de Missouri, en Columbia, Estados Unidos, ha identificado la nueva especie de cocodrilo prehistórico a partir del estudio de un fragmento de cráneo fosilizado (fig. 2). Los análisis determinaron que el cocodrilo poseía un rasgo especial: una estructura en la parte suprior de su cabeza, parecida a un escudo, de ahí su apodo. Por otra parte, una reconstrucción en 3D del fragmento de cráneo (fig. 3) ha permitido localizar las zonas donde se encontraban el cerebro (en azul, en la imagen) y los vasos sanguíneos (en amarillo).
El citado protector probablemente fue utilizado por el animal para exhibirse y atraer a las hembras y también para intimidar a los enemigos. Incluso, se apunta, puede que fuera un termorregulador que le ayudara a controlar la temperatura corporal.
Del estudio del fósil se desprende que “Shieldcroc” tenía una cabeza alargada y mandíbulas delgadas (fig. 1), posiblemente utilizadas como una trampa para la captura de peces. El cocodrilo, tal vez, esperara pacientemente a que un pez nadara confiado delante de él para, entonces, simplemente abrir su tremenda boca y comérselo sin más, eliminando así la necesidad de poseer unas potente mandíbulas.
Los paleontólogos estiman que el reptil tenía una cabeza de 1,5 metros, y debía medir un metro y medio de ancho por nueve y medio de largo. Los paleontólogos no creen probable que el “Shieldcroc” luchara con los dinosaurios cuando se encontraban ambos porque sus mandíbulas no lo permitían; eran más adecuadas para la pesca.
Fotos cedidas por la Universidad de Missouri
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