jueves, 31 de diciembre de 2009

Divulgaquealgoqueda












El 2010 asoma en el horizonte. El mundo se prepara para dar la bienvenida a un Año Nuevo. Y yo estreno año y blog. Confieso que esto último resulta para mí mucho más divertido que ese tradicional jolgorio anual. A ciertas edades uno pierde el interés por muchas cosas. Con otras, en cambio, se puede estar tan ilusionado como un niño con zapatos nuevos. Así me encuentro en estos momentos mientras escribo las primeras líneas de mi blog.
















Soy consciente que las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento son la mayor revolución que ha conocido el ser humano en toda su historia. Hemos dado, a mi juicio, tres pasos de gigante como “especie elegida”, que nos han dado protagonismo como sujetos activos en nuestra propia evolución.
El primer paso fue en África, la cuna de la Humanidad. Hace unos 3,5 millones de años, en lo que es actualmente el norte de Tanzania, un volcán entró en erupción: la nube resultante de cenizas cubrió la sabana de los alrededores. En 1976, en el yacimiento de Laetoli, la paleontropóloga Mary Leakey realizó un descubrimiento totalmente inesperado en esas cenizas fosilizadas: unos rastros de varios metros formados por las huellas de pisadas dejadas por tres individuos. Según ella, las huellas son de un homínido extinto perteneciente a la especie Australopitecus afarensis, un antepasado de todos nosotros, la Humanidad actual. Pero lo más fascinante de todo es que esas pisadas son increíblemente modernas. Aquellas criaturas no eran capaces de hablar como nosotros, su cerebro no era sustancialmente mayor que el de un chimpancé y no disponían de herramientas de piedra, pero ya eran bípedos .Aquellos seres caminaban como nosotros. Algún día los afarensis evolucionarían, desarrollarían sus cerebros y sus inteligencias, fabricarían toda clase de herramientas y descubrirían el fuego. Con el tiempo terminarían conquistando el orbe.












Y a 380.000 kilómetros de distancia de Tanzania, en la Luna, en una vasta planicie conocida como Mar de la Tranquilidad, hay otra pisada humana. En ese lugar, hace ahora algo más de 40 años, el 20 de julio de 1969, el astronauta estadounidense Neil Armstrong dejó su huella tras convertirse en el primer humano que caminó por otro mundo. Hemos llegado muy lejos en 3,5 millones de años.

El tercer paso ya se está dando. En realidad, es un salto de gigante. La invención de la imprenta y la máquina de vapor, valga tales ejemplos, es una anécdota histórica en comparación con esto. Poderes de una magnitud y consecuencias imprevisibles se encuentran al alcance de una gran parte de la Humanidad actual. El Universo de la comunicación y el conocimiento en el que estamos inmersos es, sin duda alguna, más sorprendente y espléndido que cualquier otra cosa concebida hasta ahora por la mente humana. Multiplica riquezas, comodidades, salud y bienestar. Hoy más que nunca puede afirmarse que nuestro destino depende de la tecnología de modo creciente, tanto en un sentido positivo como negativo.

Llevo más de treinta años ejerciendo el periodismo científico, un oficio duro, pero apasionante. En todo ese tiempo he realizado un gran número de reportajes y trabajos para los medios en los que he colaborado, tanto en prensa, radio y televisión. Recuerdo con satisfacción mi primer artículo en la revista ¡HOLA!, en la que tengo el privilegio de colaborar desde hace veinticinco años. Es la publicación española más internacional, presente en más de 90 países. Eduardo Sánchez Junco, director y propietario de ¡HOLA!, conduce la publicación con gran éxito. Él, como pocos, sabe trasladar a la revista los temas que interesan al lector. Y entre ellos se encuentran los reportajes científicos más espectaculares.

Los descubrimientos científicos y tecnológicos están transformando el mundo ante nuestros propios ojos. Necesitamos más que nunca información que nos permita estar al tanto de lo que pasa. Los medios informativos tienen el deber de comunicar al gran público estos descubrimientos que tienen o pueden tener una trascendencia para su vida actual o futura. Una de las tareas del periodista científico es hacer más transparente el mundo de la ciencia, poniendo los conocimientos de una minoría al alcance de la mayoría, todo ello con rigor y de una manera seductora.





En España e Iberoamérica, la divulgación científica se efectúa de un modo insuficiente y ocasional. “Puesto que la ciencia es una parte de la Verdad, debe existir al alcance de todos”, afirmó Einstein. La ciencia tiene cada día mayor influencia en la vida del ser humano, y de asunto remoto ha pasado a ser inmediato. Además de un deber, es una tarea fundamental de los medios de comunicación informar sobre asuntos científicos, si queremos que España y los queridos países hermanos de habla española se organicen y desarrollen en lo social, en lo político, en lo económico y en lo cultural.

Este es un blog sobre divulgación. No pretendo criticar ni entrar en valoraciones, sólo informar y despertar el interés sobre algunos temas de interés general. Y hacerlo de manera amena.

Mis mejores deseos para todos en el Año Nuevo.

Hasta pronto
De delacal@ono.com (el 31/12/2009)