domingo, 27 de marzo de 2011

LA IMAGEN MÁS IMPACTANTE DE LA “SUPERLUNA”

Obtenida desde el Instituto Astrofísica de Canarias, y compuesta por un mosaico de 26 fotografías, revela el fenómeno en todo su esplendor


(clic para agrandar las imágenes)


Cada cierto tiempo, el firmamento suele hacernos un maravilloso regalo. La Luna llena brilla en el cielo de forma espectacular. Es un 14 por ciento más grande y hasta un 30 por ciento más brillante de lo habitual. Al fenómeno se le denomina “superluna” y sólo se produce cada 18 años. Es un momento mágico en el que nuestro satélite vecino se acerca más a la Tierra.

El pasado 19 de marzo hubo una superluna llena que muchos pudimos admirar. Selene estuvo especialmente radiante esa noche. Se acercó a nosotros a una distancia de “sólo” 356.577 kilómetros.

Daniel López, del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), es el autor de esta magnífica imagen que presentamos del fenómeno. Fue obtenida con el Telescopio IAC 80, ubicado en el Observatorio del Teide, en la isla de Tenerife. En realidad, la instantánea es un laborioso mosaico de 26 fotografías que fueron necesarias para obtener el círculo completo de la Luna llena con mayor definición. Los colores parecen artificiales pero son reales, según López.

Este fenómeno no volverá a verse de esta manera hasta el 2029.

LAS BACTERIAS MARINAS SE MERIENDAN AL “TITANIC”

El Titanic, rumbo a la tragedia


(clic en todas las imágenes para agrandar)



El hundimiento del Titanic

Reconstrucción artística del pecio


Imagen de sonar de la proa del Titanic, a 4000

metros de profundidad

(Foto: Jonathan Smith/ Woods Hole Institution)

El estado decadente de los restos del legendario

transatlántico

(Foto: National Geographic)

Metal del casco arruinado por la biocorrosión

La bacteria Halomonas titanicae





El pecio se desintegra y se calcula que la estructura del legendario transatlántico podría colapsar en 50 años



Es una estampa fantasmagórica, pero a la vez impresionante. Los restos El pecio más famoso de la Historia, el del lujoso transatlántico 'Titanic', un barco en teodría insumergible pero que naufragó en su viaje inaugural. Y vaya si se hundió. Hasta 4.000 metros de profundidad. Hemos visto muchas tomas submarinas del Titanic, pero siempre pequeñas secciones del mismo. Pero en esta instantánea podemos contemplar toda la estructura de la parte delantera del barco, es decir, la proa, reposando en el gélido lecho marino del Atlántico norte. La imagen fue tomada por una nueva expedición científica, técnicamente la más avanzada hasta la fecha. La última expedición que visitó el legendario pecio fue en 2004. En esta ocasión, tres sumergibles, equipados con la última tecnología en exploración submarina, obtuvieron la fotografía que, aunque es una composición de imágenes de sonar, es sobrecogedora


El hundimiento del Titanic, en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York en la glacial noche del 14 al 15 de abril de 1912, no se debió, como nos ha hecho creer Hollywood, a que iba demasiado rápido y la tripulación sólo vio el iceberg cuando era demasiado tarde, sino a un error del timonel. Según una nueva versión de lo ocurrido, la tripulación vio a tiempo el iceberg, pese a lo cual el buque se estrelló contra la masa de hielo porque había dos sistemas de gobierno del buque sometidos a dos mandos Ese error fue mantenido en secreto por el segundo oficial del transatlántico, Charles Lightoller, que sobrevivió al hundimiento. Su familia no quiso revelar la verdad hasta ahora. En el naufragio murieron 1.517 pasajeros principalmente por la escasez de botes salvavidas.


Los restos del Titanic yacen desde hace un siglo en el lecho marino. Los restos se encuentran actualmente partidos en dos secciones, separadas entre sí por unos 600 u 800 metros. La sección de popa (la parte trasera del buque) está severamente dañada y es apenas reconocible. La sección de proa está en un relativo mejor estado respecto de la popa y sus estructuras son reconocibles aún. Falta una sección media del barco, de unos 104 metros aproximadamente, que se cree está enterrada y cerca de esta sección.


El estado general de los restos dc ha preocupado últimamente a la comunidad científica, que ha alzado la voz de alarma sobre el estado decadente de los restos del Titanic. Se ha verificado un aumento de la velocidad de corrosión del buque pese a la escasa proporción de oxígeno en las frías aguas atlánticas. Esto es debido a las fuertes corrientes marinas, a la enorme presión de las profundidades y al efecto corrosivo del agua salada. Los científicos han comprobado que el Titanic se está deteriorando a un ritmo acelerado. El pecio se desintegra. El destrozo es de tal calibre que se calcula que la estructura del buque podría colapsar en 50 años. Además, el acero en proceso de corrosión está sometido a otro factor tanto o más dañino que los señalados: las bacterias marinas, que se están comiendo literalmente el metal.


Recientemente, científicos españoles y canadienses han descubierto en los restos del Titanic una nueva especie de bacteria, que han bautizada como Halomonas titanicae, que está contribuyendo al deterioro del pecio. El descubrimiento fue realizado por los investigadores Henrietta Mann, de la Universidad de Delahousie (Canadá), y Cristina Sánchez-Porro y Antonio Ventosa, de la Universidad de Sevilla, en un "rusticle" del Titanic.


"Rusticle" es el nombre dado a formaciones que parecen estalactitas pero que están creadas por la corrosión de metales en las profundidades marinas. La Halomonas titanicae parece ser la responsable de la creación de los "rusticles" junto con otros microorganismos que aceleran la corrosión del metal.

sábado, 26 de marzo de 2011

UNA FOTO EXCEPCIONAL DE LOS CRÁTERES DE LA LUNA

(Clic para agrandar)



Fotos de la Luna hay miles, pero como ésta ninguna. Es una imagen extraordinaria obtenida por la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter, que forma parte de la nueva oleada de misiones de la Nasa para explorar el mundo selenita. Es la imagen de más alta resolución de la cara visible de la Luna, la más precisa conseguida hasta ahora. En realidad, es un mosaico de alrededor de 1300 fotografías, que está ayudando a los científicos a determinar con mayor precisión la profundidad y el tamaño de los cráteres, así como su antigüedad. Los científicos consideran que en su historia temprana, la Luna recibió grandes impactos de asteroides y cometas, lo que les da pistas sobre lo caótico que fueron los principios de nuestro Sistema Solar.

Imágenes como éstas, con detalles sin precedentes, permitirán enfocar mucho más las futuras misiones diseñadas para entender los misterios de nuestro vecino satélite. Este mapa permitirá buscar emplazamientos más seguros a los que acudir en misiones futuras a la Luna, así como medir temperaturas lunares y los niveles de radiación.

Foto: Nasa

LA CARA OCULTA DE LA LUNA, COMO NUNCA ANTES SE HABÍA VISTO

Espectacular imagen de la cara oculta de la Luna
(doble clic para agrandar)

La sonda estadodunidense Lunar Reconnaissance
Orbiter

El hemisferio selenita observable desde la Tierra,

como nunca antes se había visto

(doble clic para ampliar)



Los terrícolas estamos muy acostumbrados a ella. La compañera de la Tierra siempre nos presenta la misma fisonomía. Así ha sido casi siempre. Algo aburrido, la verdad.

Como la Luna tarda el mismo tiempo en dar una vuelta sobre sí misma que en torno a la Tierra, el 41 por ciento de la superficie selenita resulta invisible desde nuestro planeta, es decir unos 15,5 millones de kilómetros cuadrados. Lo que conocemos como “la cara oculta de la Luna es, pues, el hemisferio del satélite no observable desde la Tierra.

La sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, de la Nasa, que se encuentra en órbita lunar desde el 28 de junio de 2009, está aportando una marea de información y nuevos conocimientos a los investigadores. Ya ha reunido nada menos que el equivalente a 41.000 DVD, entre datos e imágenes. Aquí presentamos, para abrir boca, unas “suculentas” instantáneas de cada una de las caras lunares, la visible y la oculta. Cada fotografía, que contiene 1,1 gigabyte de información, es un mosaico formado por cientos de imágenes, que tiene nada menos que casi 35.000 por 35.000 pixeles. Aquí las mostramos a sólo 500 por 500 pixeles Imposible darnos una idea de la impresionante calidad de las fotografías originales obtenidas en alta resolución por la sonda espacial.

Los investigadores han comprobado que la cara oculta es una zona mucho más accidentada que el hemisferio visible debido, al parecer, a que está siempre expuesta al espacio sideral abierto y por lo tanto es más proclive a la caída de meteoritos. Este fenómeno no ocurre con tanta probabilidad en la cara visible, ya que el poderoso campo gravitatorio terrestre va “limpiando” el camino lunar de meteoritos.

Asimismo se ha comprobado que la corteza lunar en la cara oculta es más gruesa, probablemente lo que hace más difícil para los magmas subterráneos hacer erupción en la superficie, lo que limita la cantidad de rocas volcánicas en ese hemisferio.


Fotos: NASA/Goddard/Arizona State University

viernes, 25 de marzo de 2011

SOLDADOS ROMANOS FUERON GASEADOS, HACE CASI DOS MIL AÑOS, POR TROPAS PERSAS

La puerta principal de Dura-Europos

Restos de la muralla

El túnel donde los romanos se asfixiaron con el gas



Esqueleto del soldado persa encontrado en
el túnel


Los restos de las víctimas han aparecido en un túnel de la antigua ciudad romana de Dura-Europos, en la actual Siria, como otro trágico testimonio de la terrible historia bélica de la Humanidad




Los descubrimientos arqueológicos vuelven a corregir, una vez más, otro capítulo de la Historia.

Aunque la “moderna” guerra química comenzó durante la Primera Guerra Mundial, las sustancias químicas tóxicas han sido usadas con fines bélicos ya desde la Antigüedad. En Oriente, en el siglo V antes de Cristo, algunos escritos chinos describen el uso de fuelles para introducir el humo de las semillas de la mostaza y otros vegetales tóxicos en los túneles que excavaban los ejércitos enemigos durante los sitios. Algunos escritos chinos todavía más antiguos, datados alrededor del año 1000 a.C., contienen cientos de recetas para producir humos tóxicos o irritantes para usarlos durante la guerra.

La primera noticia del uso de gases venenosos en Occidente se remonta al siglo V antes de Cristo, durante la guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta Las fuerzas espartanas durante el asedio a una ciudad ateniense encendieron un fuego, a los pies de las murallas, hecho con madera, alquitrán y azufre, con la esperanza de que el nocivo humo incapacitara a los atenienses para resistir el asalto que siguió a continuación.

Ahora bien, en ambos casos sólo se trata de testimonios. Nunca se habían obtenido vestigios, por ejemplo, de las víctimas, que certificaran de una manera más contundente el uso de gases venenosos en la época antigua. Nunca…. hasta ahora. Los arqueólogos l han encontrado las evidencias en las ruinas de una antigua y próspera urbe llamada Dura-Europos, de origen macedónico- griego, situada en la actual Siria.

A orillas del Éufrates, Dura-Europos fue un punto clave de confluencia de rutas comerciales. Tras la ocupación romana de la urbe, mantuvo su condición estratégica como punto de encuentro de las caravanas. En tiempos del emperador Lucio Septimio Severo fue el momento de mayor esplendor de Dura-Europos. Más tarde, a mediados del siglo II de nuestra Era, tropas sasánidas (del imperio persa) destruyeron completamente la ciudad. Se cuenta que las tropas sasánidas practicaron un túnel bajo la muralla con el fin de derribarla, pero al percatarse de que los defensores romanos realizaban su propio túnel defensivo, que empalmaría con que ellos construían, decidieron quemar alquitrán y azufre, que generaron densos y tóxicos gases que inundaron la galería del adversario.

Ahora, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, ha encontrado, además de rastros de azufre y alquitrán, los restos de las víctimas, que hacen un total de veinte, 19 cuerpos de legionarios romanos, todos ellos amontonados, y cerca, el esqueleto de un militar persa, tal vez quien inició el humo tóxico, que sufrió la misma agonía que los otros.Todos los soldados se asfixiaron con el gas de azufre, convertido en ácido sulfúrico en sus pulmones. Su muerte fue espantosa, pero rápida.

Los arqueólogos incluso creen que, más tarde, los cuerpos de las víctimas romanas fueron arrastrados por los persas y apilados en un montón. Ni siquiera se molestaron en saquear los cadáveres. Las monedas, armas y armaduras quedaron intactas.

jueves, 24 de marzo de 2011

LAS OCHO "MAGNÍFICAS" RETRATADAS EN SEPIA


En el archivo de este mismo blog (hacer clic en febrero 2011) narrábamos nuestros periplos viajeros a lo largo de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo (además de la Gran Pirámide de Keops, la única que aún perdura de las Siete Maravillas de la Antigüedad). Hoy hemos querido mostrarlas de un modo especial, plasmadas en nostálgicas instantáneas que, en algunos casos, constituyen un testimonio histórico único por tratarse de los primeros registros fotográficos de esas maravillas
.

Clic en las imágenes para ampliarlas







La Gran Pirámide de Keops, en la meseta de Gizeh, en
El Cairo, en una imagen tomada en 1929

El santuario inca de Machu Picchu, al sur del Perú, en 1911


La pirámide de Kukulcán, en el asentamiento maya de
Chichén Itzá, México. La imagen se remonta a 1889

El Taj Mahal, en Agra, India, en 1860


El Coliseo de Roma en 1890



La estatua de Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil.
La fotografía fue obtenida en 1931


Un tramo de la Gran Muralla China, en una
imagen de 1907

El Jazna o Tesoro, la más espectacular visión
de Petra, en Jordania. La foto es de 1910

miércoles, 23 de marzo de 2011

LAS SIETE MARAVILLAS DE LA ANTIGÜEDAD

Las Siete Magníficas (picar en las fotos
para ampliarlas)

La Gran Pirámide de Keops


El Coloso de Rodas


El Mausoleo de Halicarnaso



El Templo de Artemisa


Los Jardines Colgantes de Babilonia


El Faro de Alejandría



La estatua de Zeus









Mucho antes de que Roma fuera el centro del mundo, otras civilizaciones mucho más antiguas crearon monumentos asombrosos. Algunos se incluyeron en una lista que ha llegado hasta nosotros: las 7 Maravillas de la Antigüedad.

La Gran Pirámide Guiza, la más antigua y la única que aún perdura de aquellos prodigios arquitectónicos.

La estatua de oro y marfil de Zeus en Olimpia, una de las mayores esculturas interiores que jamás se haya hecho.¿Por qué se ha dicho que allí los dioses caminaban entre los mortales?

Los legendarios Jardines Colgantes de Babilonia, fantasía espectacular en medio del desierto, construidos para agradar a una Reina triste. Pero ¿existieron de verdad?

El Templo de Artemisa en Éfeso, erigido donde cayó un meteorito y lugar de un enigmático culto de fertilidad, donde mujeres guerreros veneraban a los dioses entre orgía de sexo y sacrificios humanos.

El Mausoleo de Halicarnaso, una de las tumbas más bellas de todos los tiempos, engalanada por los mejores escultores griegos de la época y construida en conmemoración de un amor extraño y prohibido.

Nunca se ha descubierto vestigio alguno del Coloso, símbolo de la riqueza de los antiguos habitantes de la isla de Rodas, en corazón de las antiguas rutas marítimas del Mediterráneo oriental.

El revolucionario Faro, la gigantesca torre que se alzaba delante de la ciudad que Alejandro Magno fundó en la costa de Egipto, con su luz resplandeciendo a través del mar, que podía confundirse fácilmente con una estrella o un planeta situado en la parte baja del cielo. Pero el Faro no se mencionaba en las primeras listas conocidas de las Siete Maravillas. En las listas helenísticas, el lugar del Faro estaba habitualmente ocupado por las elevadas Murallas de Babilonia. Fue en el siglo VI cuando el Faro fue incluido en esa afortunada categoría de maravilla.

¿Por qué se erigieron precisamente estos monumentos entre todos los demás para aparecer en la lista que los inmortalizó? Y ¿por qué se eligieron siete? ¿Qué clase de magia se oculta tras este número?

En respuesta a las obras más impresionantes de la Naturaleza, los constructores de la antigüedad quisieron dejar su impronta en el paisaje de la Historia. Su inventiva impulsó a muchos a enfrentarse a la propia Naturaleza, a rivalizar con los prodigios naturales del mundo. Grandes templos marcaban lugares sagrados. Tumbas imponentes se convirtieron en desesperados intentos por alcanzar la inmortalidad. Enormes construcciones pretendían dominar la Naturaleza, e incluso someterla. Fueron el producto de poderosas civilizaciones que surgieron y cayeron, dejando tan solo unos fragmentos de sus creaciones.

El mundo antiguo nos ha legado una lista concreta de siete lugares que se han colocado por encima de los demás. Tras su redacción, la lista se denominó “de las 7 maravillas del mundo”. Se trata en esencia de

Un registro griego, pues las 7 maravillas formaban parte del mundo greco-asiático del Mediterráneo oriental. Cinco las siete maravillas son griegas. Las construyeron arquitectos y artistas griegos. Dos de ellas son edificaciones mucho más antiguas, en Oriente próximo, y, obviamente, la intención de los griegos era la de establecer una especie de comparación entre sus logros más sobresalientes y los de aquellos que ocupaban las tierras que acababan de conquistar.

Tanto las razones para la elección de estos siete lugares como la identidad de quienes los erigieron sigue siendo un misterio. La lista se atribuye en parte al historiador griego Herodoto, que visitó las tierras de Egipto cuatro siglos y medio antes del nacimiento de Cristo. Herodoto, ávido de conocimientos, a menudo denominado el “padre de la Historia”, pudo haber visitado personalmente al menos una de las maravillas ya construidas en su tiempo. La más espectacular de todas, la Gran Pirámide de Keops, con más de dos mil años de antigüedad cuando la contempló asombrado por primera vez.

La idea de elaborar una lista de maravillas nació durante el siglo III a. de C. Posteriormente, un siglo más tarde, el imperio griego se expandía por los senderos de la guerra. Los ejércitos de Alejandro Magno partieron del Mediterráneo oriental, adentrándose en el norte de África, cruzando Persia y llegando hasta la India. A medida que imperios Caín ante él, Alejandro inspiró una nueva era de la construcción. Surgieron prósperas ciudades y gigantescos monumentos impulsados por su visión de un futuro valiente y victorioso en el cual Grecia denominaría el mundo.

Durante la primera parte del período helenístico, es decir, el mundo forjado por Alejandro Magno, ya existían un conjunto de monumentos que acabaron superando casi todo lo construido hasta entonces. Cuando esto sucede, sin duda existe un interés entre

las personas más doctas del mundo helenístico por empezar a elaborar una lista de monumentos singulares. Y así lo que tenemos es una compilación de listas realizadas por los geógrafos, historiadores y cronistas que dan cuenta de los rasgos físicos del mundo existente en aquél período histórico.

La primera lista completa de maravillas seguramente fue elaborada por Filo de Bizancio, un ingeniero griego que pasó mucho tiempo consultando documentos en la gran Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Aunque Filo, en opinión de los estudiosos, poseía poca experiencia directa de los lugares, sus conocimientos técnicos contribuyeron a la elaboración de una lista notable por sus lúcidas descripciones. Cada monumento fue elegido por sus méritos singulares.

Los tres rasgos que hacen merecer a un monumento su inclusión en la lista de las Siete Maravillas son, en primer lugar, el tamaño. Todos son colosales. Lo segundo, un atributo de casi todos, es que se trata de obras muy artísticas, cuentan con multitud de esculturas o constituyen un maravilloso ejemplo de arquitectura. Y un tercer rasgo es que resultan ser grandes logros de la ingeniería.

Era una lista para los viajeros más intrépidos. Eran lugares que había que ver. Cualquiera que se propusiera recorrer el mundo conocido tenía que ir a la Gran Pirámide o a Olimpia, al igual que hoy, en gran medida, si alguien que viaja por el mundo tiene que ir a conocer alguna de la Nuevas Maravillas. Pero ¿por qué siete maravillas? ¿Por qué se eligió este número de lugares, objeto de loa y recuerdo, por encima de los demás?

En muchas culturas de la antigüedad, el número 7 se le han atribuido cualidades místicas. En la Biblia se dice que Dios creó el Universo en seis días para descansar en el séptimo. Cuando Josué puso cerco a Jericó, siete sacerdotes con siete trompetas marcharon siete veces alrededor de la ciudad durante siete días. Los textos cristianos también abrazaron el 7. Se decía que existían siete vicios y siete virtudes. Las últimas palabras de Jesucristo fueron las siete que pronunció desde la cruz. En la actualidad, nuestra semana se divide en siete días.

Existen una gran variedad de números sagrados en las civilizaciones y tradiciones más antiguas del Oriente próximo. El 3 y el 7 se consideran números puros. Son números completos. Pero una lista de 3 monumentos sería muy limitada, pues siempre se preguntaría por qué no se añadieron algunos más. En cambio, el 7 es un número perfecto desde muchos puntos de vista. Es un número completo. Como no se puede dividir por dos, los monumentos no se ordenan por importancia. Cada monumento se considerará por separado.

Las siete maravillas antiguas, cuyos nombres no son familiares desde el colegio, son portales hacia civilizaciones esplendorosas del pasado. Eran obras que hacían gala de un ingenio sorprendente, realizadas a una escala majestuosa, un desafío para el maestro constructor. El esfuerzo de su ardua elaboración fue casi sobrehumano. Aunque oscurecidas por preguntas de las cuales probablemente nunca tengamos respuesta, cada una de las maravillas antiguas se erigieron como un extraordinario monumento de la historia humana. Cada una cuenta con una historia propia y singular.


Fotos: VirtualHall/Canal Historia/Miguel Coimbra

sábado, 19 de marzo de 2011

LOS LUGARES QUE NO HAY QUE PERDERSE CUANDO VIAJEMOS A LA LUNA

Ir de vacaciones a la Luna dejará de ser un sueño algún día. Si ya hubiera una agencia turística que ofertara viajes de placer al satélite natural de la Tierra, a precios no astronómicos se entiende, el Mar de la Tranquilidad sería un destino obligado.


Pero, antes de partir, habría que tener en cuenta algunos pormenores. A pesar de su imagen tan familiar, la Luna es un mundo tan diferente al nuestro que resulta desconcertante. Para empezar, un “día” selenita equivale a 27 días terrícolas, ya que la Luna tarda ese tiempo en girar sobre sí misma. Pasan casi dos semanas entre la salida y la puesta del Sol y después la noche dura otras dos semanas. Si nos encontramos en la cara visible de la Luna, siempre podremos ver la Tierra en el cielo a menos que haya un eclipse. Si nos hallamos en la cara oculta, no la veremos nunca, ya que ese hemisferio de la Luna está en todo momento de espaldas a nuestro planeta. La Tierra llena vista desde la Luna nos parecerá casi catorce veces más grande que la Luna llena vista desde la Tierra. Podremos admirar la Tierra llena una vez cada 29 días terrestres. Aunque en ese momento será de noche en la cara visible de la Luna, la Tierra dará tanta luz que hasta podremos leer un libro sin necesidad de iluminación artificial.


Nos encontramos en el Mar de la Tranquilidad. Aquí es donde Neil Armstrong y Buzz Aldrin alunizaron el 20 de julio de 1969 y se convirtieron en los primeros seres humanos en hollar otro mundo. El lugar tiene “preciosas vistas, una magnífica desolación”, según lo describió Aldrin. Los astronautas que han estado allí indican que, al caminar sobre la Luna, el suelo tiene “el tacto de la nieve y el olor de la pólvora”. En el Mar de la Tranquilidad, una vasta planicie de mineral oscuro, aún se podrán encontrar los instrumentos científicos que Armstrong y Aldrin dejaron allí, aunque ya no funcionan. Mucho cuidado de no pisar las huellas de los astronautas, que tienen un valor histórico, que no se habrán borrado y se conservarán indefinidamente, porque al no haber atmósfera no hay erosión. Por otra parte, no podremos hacernos una foto junto a la bandera de Estados Unidos. Era una bandera especial, dotada de un soporte de aluminio para que pareciera ondear en la foto pese a la falta de viento. Pero estará muy deteriorada. Después de tanto tiempo, los rayos ultravioletas del Sol habrán desteñido los colores rojo y azul de la bandera. Y Aldrin dijo que vio cómo los gases del módulo lunar la habían derribado cuando despegaron de la Luna.

Por cierto, los mares lunares no son tales. Los primeros astrónomos los denominaron así al confundirlos visualmente con auténticos mares.

La noche selenita perpetua

El cráter Shackleton


Cráter Shackleton. Se estima que hay más de 200.000 cráteres repartidos por la superficie lunar. ¿Qué tiene de especial el cráter Shackleton? En primer lugar, está situado justo en el polo sur de la Luna. Pero lo verdaderamente interesante de este cráter, de 19 kilómetros de diámetro, es que está sumido en la oscuridad casi permanentemente. Desde su interior, a 2 kilómetros de profundidad, nunca llega a verse la luz del Sol y es excepcionalmente frío.

El cráter Erlanger

El cráter Erlanger es otra de esas depresiones sumidas en la oscuridad eterna. Se encuentra situada en las antípodas del cráter Shackleton, en el polo norte selenita, a una latitud de 87 grados norte. En esa latitud el Sol siempre está muy cerca del horizonte y apenas alcanza a iluminar el borde superior del cráter. Jamás iluminó su interior. Allí la temperatura nunca es superior a 238 grados centígrados bajo cero, según mediciones llevadas a cabo por la sonda estadounidense .Lunar Reconnaissance Orbiter. El hielo de agua de todos los cometas que han impactado ahí dentro desde hace miles de millones de años, creen los científicos, debe haberse preservado congelado.

En el interior de un cráter donde siempre es de noche

Los cráteres de oscuridad perenne son tan extraordinariamente fríos como para impedir que el hielo pueda volatilizarse incluso en el vacío lunar. Son de gran importancia para futuros asentamientos humanos. Sólo habría que derretir el agua y utilizar sus elementos.

El eterno día lunar

Otros parajes muy interesantes de visitar son las conocidas como Montañas de luz eterna. También se encuentran cerca de los polos. Su existencia fue propuesta por primera vez por el astrónomo francés Camilla Flammarion en 1879, quien especuló con la existencia de zonas en la Luna que pueden estar iluminadas permanentemente por la luz solar. De acuerdo con las imágenes enviadas por la sonda estadounidense Clementine, se han encontrado cuatro picos de luz eterna en el borde externo del crater Peary, situado cerca del polo norte selenita. La zona de las Montañas Malapert, en el exterior del cráter homónimo, a 122 kilómetros del polo sur lunar, podría tener asimismo iluminación perpetua, según ha descubierto la sonda nipona Kaguya.

Las montañas de luz perpetua

Los picos de luz eterna en la Luna no serían, según los expertos, estrictamente "eternos", ya que la luz solar se vería ocasionalmente bloqueada por la sombra terrestre durante los eclipses lunares (con duraciones de hasta 6 horas). Los lugares confirmados podrían servir para situar futuras colonias humanas, que se encontrarían con una fuente de luz (y por tanto de energía utilizable) constante y temperaturas adecuadas.

La vista más hermosa de todas

Hay otros muchos lugares en la Luna para no olvidar. Pero nos quedamos con la visión más hermosa de todas, el más extraño de los amaneceres: la Tierra emergiendo sobre el horizonte lunar, a una distancia de 380.000 kilómetros Una postal fascinante para enviar a casa desde la Luna. Dicen que es la visión que más sobrecogió a los astronautas, porque, según contaron, da una idea de la intrascendencia del mundo en que vivimos, a escala astronómica, y de que toda la Humanidad comparte un mismo destino en la sobrecogedora inmensidad del Cosmos.

viernes, 18 de marzo de 2011

DESCUBIERTA UNA NUEVA FORMA DE DESPEDIR A LOS MUERTOS



El Tíbet. Pocos lugares hay en la Tierra con un paisaje tan impresionante. Allí se encuentra la meseta más elevada y extensa del Planeta, circundada por las montañas más altas, incluyendo el Everest, el “techo del mundo”.

En el Tíbet, con una altitud media que supera los 4.000 metros, el suelo es demasiado duro y rocoso, y a menudo se encuentra congelado la mayor parte del año. Por eso, a los tibetanos les aguarda un singular ritual funerario cuando fallecen: el “entierro en el cielo” (nombre que le dieron a éste tipo de práctica en occidente).

Desde hace siglos, los tibetanos no dan sepultura a sus difuntos por una simple cuestión de necesidad. Con un suelo inapropiado para cavar una tumba y una vegetación tan escasa que impide derrochar la madera de los árboles para utilizar la práctica de la cremación, la alternativa funeraria ha consistido en recurrir a otro de los elementos básicos de la Naturaleza junto a la tierra y el fuego: el aire. Bien podía haber sido, como en los vecinos Nepal e India, el agua, pero los budistas tibetanos – al contrario que los hinduistas – nunca han querido contaminar sus ríos con los cuerpos de sus difuntos.



Cuando un tibetano muere, el Lama del monasterio local acude para recitar pasajes del “Libro de los Muertos”, que tienen como misión ayudar al alma del finado a avanzar por los 49 niveles del “bardo”, que describen las etapas de transición de la existencia en el ciclo vida-muerte-reencarnación. Transcurridos tres días, se procede a llevar a cabo el “funeral en el cielo” propiamente dicho.

Envuelto en un sudario blanco, el difunto es conducido por los familiares hacia a algunas de las montañas sagradas que cuentan con lugares específicos para la ejecución del ritual. El cadáver es depositado tumbado o recogido en posición fetal, tal y como vino al mundo, sobre una roca. Es entonces cuando entran en escena los verdaderos maestros de ceremonia. Primero, el descuartizador. Luego los buitres, que ya vuelan sobre el lugar en círculos a la espera del macabro festín.

El descuartizador, armado de un enorme cuchillo de carnicero, y ayudándose con un hacha y un mazo, corta con destreza los miembros del cadáver y utiliza el mazo para reducir los huesos a astillas, No tiene inconveniente alguno en destruir el cuerpo totalmente. bajo la atenta mirada de los parientes del difunto, que contemplan la sobrecogedora escena, al menos para la mentalidad occidental, con pasmosa serenidad.





La última práctica es conocida como jhator, que significa literalmente "dar almas a las aves". Los buitres de la zona ya se conocen el ritual, por lo que esperan pacientes a que el descuartizador termine su labor. Una vez finalizada, los carroñeros se lanzan a por el cadáver, devorándolo con avidez. No suelen tardar mas de 1 hora en "limpiar un cuerpo" Impertérritos, los familiares no dejan de contemplar el ritual ni siquiera cuandolos buitres están engulliendo los restos. No hay señal de tristeza, ni de amargura, porque para ellos el alma del difunto ha emprendido viaje hacia otra reencarnación,.. que será mejor o peor dependiendo del “karma” que el finado haya tenido en vida, Los tibetanos creen que las aves carroñeras ayudan al espíritu de los muertos a llegar hasta el cielo. al ser consideradas daikinis o “ángeles que bailan entre las nubes”. Por esto, si los buitres no devoran el cadáver por completo, se considera que el difunto fue un pecador y ha sido condenado al infierno.

Para los tibetanos, este ritual es algo tan normal como para nosotros es una incineración o una autopsia.



Un ritual mortuorio desconocido




Resulta que los antiguos pobladores del alto Himalaya practicaban otro ritual funerario del que hasta ahora nada se sabía. Al parecer, aquellas gentes desollaban a sus muertos y luego los enterraban en tumbas excavadas en la pared de un acantilado. Esto es al menos lo que ha descubierto un grupo de arqueólogos que se encontraba explorando una de esas cuevas en Mustang, al norte de Nepal, a unos 4.200 metros de altitud.



Veintisiete cadáveres, pertenecientes a hombres, mujeres y niños, con una antigüedad de unos 1.500 años, aparecieron en una de las cuevas. La mayor parte de los restos humanos presentaban signos de haber sido despellejados, probablemente con un cuchillo de metal. Se cree que los cuerpos fueron depositados originalmente en plataformas de madera, aunque cuando aparecieron estaban dispersos por el suelo, debido al mal estado de la cueva.


Bajo el patrocinio de National Geographic, el grupo de arqueólogos, formado por investigadores de las universidades estadounidenses de California y Michigan, ha descartado que este ritual estuviera relacionado con prácticas de canibalismo. Creen más bien que sirvió de nexo entre dos rituales mortuorios ya conocidos, el funeral celeste tibetano, y otro mucho más antiguo, vinculado a la religión de Zoroastro, cuyas raíces se remontan a la antigua Persia, y en el que los cadáveres eran descarnados y la carne arrojada a los animales.
El uso de escaleras, hoy desaparecidas, habría facilitado el acceso a estas remotas cuevas con enterramientos. De hecho, su aislamiento podría haber supuesto una buena parte de su atractivo Muchas de las creencias locales que se han venido practicando en la región, incluido el budismo, otorgan un gran valor a la idea del retiro espiritual.

En aquella época no existían los monasterios. Los expertos creen que las cuevas con enterramientos podrían haber sido precursoras de los monasterios tibetanos y, como tales, la gente podría haberse retirado a ellas o haber enterrados sus muertos allí.



Fotos: Cory Richards

martes, 8 de marzo de 2011

Una forma de vida desconocida surge de la sombras del tiempo

El fósil de 520 millones de años
Reconstrucción de la apariencia de Diania cactiformis


Si Charles Darwin viviera estaría dando saltos de alegría al enterarse de la noticia. Se acaba de dar a conocer el descubrimiento de un nuevo “eslabón perdido”, una elegante evidencia del proceso evolutivo. Fósiles hay muchos, pero fósiles transicionales, es decir, estados intermedios de formas de vida que aparentemente faltaban en el registro fósil o se desconocían, muy pocos. De ahí la trascendencia de un hallazgo como éste. (“eslabón perdido” no una expresión de uso científico, pero me he tomado la libertad de utilizarla en aras de la divulgación).

Los paleontólogos nunca habían visto nada semejante. Habitaba los fondos de los mares. Su nombre científico es Diania cactiformis y es un fósil de 520 millones de años de antigüedad. Fue encontrado en una formación rocosa del Cámbrico inferior, situada en la provincia china de Yunnan. Podría ser un “eslabón perdido” entre los antiguos lobópodos, un grupo de organismos parecidos a gusanos con patas que florecieron en el Cámbrico, y los actuales artrópodos, como los crustáceos, los insectos, y las arañas, que representan más del 80% de todas las especies animales conocidas.

Un equipo internacional de paleobiólogos, en su mayoría expertos de universidades chinas y alemanas, encontraron los fósiles de tres especímenes completos y otros treinta parciales de esta forma de vida desconocida hasta ahora, a la que han bautizado con el apodo de “cactus andante” Ello se debe a que esa extraña criatura, que medía unos seis centímetros de largo, se parecía más a una planta que a un animal. Además, poseía, al menos, un par de atributos evolutivos distintos a sus congéneres que la convierten en algo único. Aunque tenía el cuerpo blando como un gusano, sus diez pares de patas poseían un exoesqueleto o revestimiento rígido. Y lo más fascinante, sus extremidades, espinosas y robustas, estaban aparentemente articuladas. Las extremidades articuladas son un carácter diferencial de los artrópodos, por lo que Diania podría ocupar una posición evolutiva clave en el origen del grupo animal más diverso de la Tierra.
Diania es un “eslabón fósil” surgido de las sombras del tiempo, una evidencia clara entre las criaturas de cuerpos blandos y las dotadas de exoesqueletos rígidos y articulados

Fotos: Jianni Liu

Los chimpancés y la muerte








El reino animal es una caja de sorpresas inagotable. No hay día que no se descubra una criatura desconocida en algún remoto rincón del Planeta. También son frecuentes los hallazgos de los etólogos, que sacan a la luz comportamientos insospechados de animales en libertad o en condiciones de laboratorio. La noticia se conoció hace unos meses, pero no he podido escribir sobre ella hasta ahora.

Algunos comportamientos de los chimpancés resultan desconcertantes, en muchos casos por su similitud con ciertas conductas humanas. Las imágenes hablan por sí solas. En un bosque ubicado en los alrededores de Bissau, Guinea, un grupo de primatólogos de la Universidad de Oxford ha comprobado que cuando las crías de chimpancé mueren de forma prematura, algunas de las madres parecen negarse a aceptar la evidencia, y continúan llevando consigo, a su espalda, a sus retoños fallecidos, durante tanto tiempo que incluso el cuerpo de bebé chimpancé acaba momificándose por causas naturales. Esta negación de la muerte de sus vástagos se prolonga hasta que la madre “acepta” el hecho y finalmente abandona el cadáver.

Por su parte, Catherine Croninin y su equipo, del Instituto Max Planck de Psicolingüística de los Países Bajos, han descubierto asimismo otras conductas sobre el particular. Según ellos, los chimpancés tienen su propia concepción sobre la muerte. Estos investigadores han realizado sus estudios en Zambia. Allí observaron el comportamiento de una chimpancé hembra que acababa de perder a su cría de 16 meses y comprobaron que, tras fallecer, la madre siguió acarreando el cuerpo de la cría muerta durante más de 24 horas y después lo tendió en el suelo en un claro del bosque. Se acercó al cuerpo muchas veces, lo observó, y posó sus dedos sobre la cara y el cuello de la cría durante varios segundos. Después de permanecer junto al cuerpo durante casi una hora, lo llevó hasta un grupo de chimpancés que comenzó a examinarlo. Al día siguiente la madre dejó de transportar el cuerpo de la cría.

Los primatólogos del Instituto Max Planck consideran que han demostrado la existencia de un periodo de transición durante el cual la madre advierte que su cría ha muerto. Confían en seguir obteniendo más evidencias objetivas que algún día permitan a los investigadores estudiar de forma exhaustiva el concepto de la muerte para los primates y su respuesta ante la misma.


Fotos: Dora Biro/Tatiana Humle/ University of Oxford