miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un calamar al que le gusta la carne y el pescado

Se aparea con cualquier miembro de su especie, macho o hembra, que se encuentre en su camino





El instituto MBARI (Monterrey Bay Aquarium Research Institute), en Estados Unidos, nos ha ofrecido las primeras imágenes de la criatura en su hábitat natural. El Octopoteuthis deletron es un molusco cefalópodo conocido vulgarmente como calamar. Es pequeño y tímido. Vive oculto en las tinieblas oceánicas, entre los 400 y 800 metros de profundidad. Allí abajo, en un grandioso y singular entorno inmerso desde la noche de los tiempos en una oscuridad perpetua, las cosas son muy difíciles. La supervivencia hay que ganársela todos los días, minuto a minuto.

Ese reino fluido tridimensional está regido por tres leyes muy estrictas: comer para no ser comido, es decir, encontrar con qué alimentarse, evitar a los predadores y encontrar pareja sexual. Podemos preguntarnos cómo sus habitantes consiguen, por ejemplo, encontrar pareja en los abismos submarinos. Localizar a una pareja es una tarea ardua. Por eso, los machos de esta especie de calamar no desaprovechan ninguna oportunidad para intentar procrear. Atajan el problema siendo bisexuales. Se aparean indistintamente con machos y hembras en cuanto tiene ocasión. Vamos que les da lo mismo la carne que el pescado. El caso es pillar porque, de no ser así, no se comen una rosca.

Sumergibles operados por control remoto han espiado a este calamar en los fondos del cañón de Monterrey, fgrente a loas costas de California, uno de las mayores gargantas submarinas que se conocen, de una profundidad similar a la del Gran Cañón del Colorado. Las cámaras de los sumergibles han revelado que en cuanto se encuentra con otro miembro de su especie, se aparea (fig. 1). No importa si es macho o hembra. Los oceanógrafos detectaron que tanto los machos como las hembras llevaban en su zona dorsal depósitos de esperma (fig. 2), por lo que concluyeron que los machos copulan con cualquier miembro de su especie. La frecuencia con la que hallaron machos y hembras con depósitos de esperma era similar, lo que sugiere que para estos animales es tan frecuente aparearse con machos como con hembras.

Asimismo, los investigadores encontraron esperma en gran cantidad de ejemplares, lo que les hace pensar que su comportamiento sexual es promiscuo. Creen que su promiscuidad se enmarca dentro de su estrategia sexual. Los machos intentan reproducirse en un medio hostil, por lo que no dejan pasar ninguna oportunidad para intentar tener descendencia y preservar sus genes, pues sus vidas son bastante cortas. Su objetivo es fecundar a cualquier calamar que encuentre a su paso ya que, teniendo en cuenta la amplitud de la zona en la que viven, no es tan fácil toparse con un ejemplar.

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