sábado, 13 de agosto de 2011

La pipa del señor Einstein






Son muchos los personajes famosos que han fumado en pipa a lo largo de la Historia, pero ninguno tan carismático como Albert Einstein. La figura de Einstein reflexionando a través del humo de su pipa es el prototipo puro de científico y sabio en todos los sentidos. “Fumar en pipa predispone a juzgar con calma y objetividad los actos humanos”, llegó a decir en cierta occasion el padre de la Relatividad.




Einstein se inició en el arte y placer de la pipa tomando “prestado” el tabaco de los cigarrillos que fumaban sus alumnos. Más tarde se convertiría en un sibarita de la pipa, ya que conocería al detalle las características de muchos tabacos, elegiendo escrupulosamente sus numerosas pipas. Su pasión aumentó en Princeton, en Estados Unidos, ciudad en la que estableció durante la última etapa de su vida.

En el Museo de la Institución Smithsonian de Washington se conserva una pipa de Albert Einstein con su nombre grabado. Fue adquirida, en 1979, por la citada institución a los herederos de la que fuera su secretaria, Gina Plunguian, quien la recibió como regalo del propio científico en 1948.






Einstein usó esta pipa durante muchos años (basta verla para comprobar que está más usada que la pipa de un indio, como vulgarmente se suele decir) y quién sabe cuántas ideas geniales sobre el Universo se le ocurrieron mientras fumaba en ella, o mientras la sostenía entre los labios apagada, como se aprecia en tantas fotografías.

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