fig. 1
fig. 2
¿Animal o vegetal? Esta criatura se ha hecho conocida por ser el primer animal en el que se ha demostrado la capacidad de realizar la fotosíntesis, algo que hasta ahora se creía exclusivo del reino vegetal. La vida en la Tierra se mantiene fundamentalmente gracias a la fotosíntesis que realizan las plantas, en el medio terrestre, y las algas, en el medio acuático. En esencia, consiste en la conversión de materia inorgánica en materia orgánica, imprescindible para la constitución de los seres vivos, gracias a la energía que aporta la luz del Sol.
La criatura, llamada Elysia chlorotica ( fig. 1), es un molusco que vive en la costa este de Estados Unidos y Canadá, y ha sido estudiada por investigadores de la Universidad del Sur de la Florida, en Tampa (Estados Unidos). Durante su juventud presenta una coloración grisácea pudiendo presentar manchas rojizas; a medida que se alimenta de algas de la especie Vaucheria litorea adquiere una coloración verde brillante debido a la concentración de cloroplastos en sus tejidos. Gracias a los cloroplastos – un pigmento de color verde propio de las células vegetales- el molusco, que curiosamente tiene forma de hoja, puede procurarse alimento gracias a la fotosíntesis.
Los investigadores han comprobado, por otra parte, que E. chlorótica no sólo “roba” los cloroplastos de las algas que ingiere (fig. 2), sino que también se apodera de los genes responsables de su producción. Y esto es lo más sorprendente de todo, ya que una vez que el joven molusco ha asimilado su primera ración de cloroplastos, nunca más tendrá que volver a comer algas. Será capaz de seguir generando el pigmento por sí mismo durante el resto de su vida, siempre y cuando haya disponibilidad de las sustancias químicas consumidas durante la fotosíntesis y no deje de “tomar baños de Sol”. Los investigadores han encontrado moluscos que no comieron nada en al menos cinco meses.
¿Animal o vegetal? Esta criatura se ha hecho conocida por ser el primer animal en el que se ha demostrado la capacidad de realizar la fotosíntesis, algo que hasta ahora se creía exclusivo del reino vegetal. La vida en la Tierra se mantiene fundamentalmente gracias a la fotosíntesis que realizan las plantas, en el medio terrestre, y las algas, en el medio acuático. En esencia, consiste en la conversión de materia inorgánica en materia orgánica, imprescindible para la constitución de los seres vivos, gracias a la energía que aporta la luz del Sol.
La criatura, llamada Elysia chlorotica ( fig. 1), es un molusco que vive en la costa este de Estados Unidos y Canadá, y ha sido estudiada por investigadores de la Universidad del Sur de la Florida, en Tampa (Estados Unidos). Durante su juventud presenta una coloración grisácea pudiendo presentar manchas rojizas; a medida que se alimenta de algas de la especie Vaucheria litorea adquiere una coloración verde brillante debido a la concentración de cloroplastos en sus tejidos. Gracias a los cloroplastos – un pigmento de color verde propio de las células vegetales- el molusco, que curiosamente tiene forma de hoja, puede procurarse alimento gracias a la fotosíntesis.
Los investigadores han comprobado, por otra parte, que E. chlorótica no sólo “roba” los cloroplastos de las algas que ingiere (fig. 2), sino que también se apodera de los genes responsables de su producción. Y esto es lo más sorprendente de todo, ya que una vez que el joven molusco ha asimilado su primera ración de cloroplastos, nunca más tendrá que volver a comer algas. Será capaz de seguir generando el pigmento por sí mismo durante el resto de su vida, siempre y cuando haya disponibilidad de las sustancias químicas consumidas durante la fotosíntesis y no deje de “tomar baños de Sol”. Los investigadores han encontrado moluscos que no comieron nada en al menos cinco meses.
Fotos: Sidney K. Pierce
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