viernes, 29 de abril de 2011

LAS NEURONAS MARILYN Y JACKSON


Una interfaz cerebro-ordenador


Actividad de neuronas individuales



(Foto:Thomas Oertner)

La neurona Marilyn Monroe (clic para ampliar)

La neurona Michael Jackson (clic para ampliar)




Dos neurocientíficos de prestigio: Christof Koch y Itzhak Fried. Dos centros de investigación de renombre mundial: el Instituto de Tecnología de California, conocido también como “Caltech”, y la Universidad de California en Los Ángeles o “Ucla” Un descubrimiento de altura: observar el proceso de pensamiento como nunca antes se había hecho.

El cerebro nos permite imaginar, pensar, emocionarnos y recordar. Pero ¿cómo funciona nuestro órgano más asombroso? No hay día que no se produzcan avances científicos en su estudio.

Montarnos fantasías con el hipnotizante vaivén de caderas de Shakira o el físico arrebatador de Brad Pitt pueden parecer pensamientos triviales, pero los neurocientíficos han demostrado ahora que no son una frivolidad. Parece ser que las neuronas involucradas en esos pensamientos tienen un poder considerable. La razón es se ha descubierto que partes de nuestro cerebro se dedican con tanta intensidad a pensar en algo que nos interesa que incluso pueden recrear su imagen en un ordenador. Parece algo sacado de la ciencia ficción.

Con ayuda de una interfaz cerebro-computadora, desarrollada por los investigadores arriba citados, que no es otra cosa que un ordenador capaz de captar y procesar señales eléctricas mentales de una persona, un individuo puede utilizar esas frívolas neuronas para controlar un ordenador y manipular una imagen en la pantalla. Los científicos utilizaron imágenes de personajes populares como la actriz Marilyn Monroe y el cantante y bailarín Michael Jackson

Los doctores Kock y Fried descubrieron hace tiempo que una sola neurona en el cerebro puede funcionar como un equipo sofisticado y reconocer a las personas, movimientos y objetos. Ahora, ambos investigadores aseguran que cualquiera es capaz de poner en marcha neuronas ubicadas en una zona del cerebro que antes se creía inaccesible a la conciencia y, al hacerlo, manipular el comportamiento de una imagen en una pantalla de ordenador.

En el estudio se implantó quirúrgicamente unos electrodos dentro de los centros del cerebro de doce pacientes con epilepsia, enfermos que sufrían ataques que no podían ser controlados con medicación. Estos electrodos podrían registrar la actividad de las neuronas individuales en partes del lóbulo temporal medial, una región del cerebro que desempeña un importante papel en el reconocimiento de rostros y que regula emociones y motivaciones, como la ansiedad, el placer y la ira.

Con anterioridad se creó para cada paciente un conjunto de datos de alrededor de cien imágenes que reflejan las cosas que para ellos tenían importancia o eran de su gusto. Mientras los pacientes observaban las imágenes una tras otra, los investigadores monitorizaban su actividad cerebral para buscar la acción selectiva de una sola neurona.

De cien fotos, diez tuvieron una fuerte correlación con una neurona Esas imágenes tienden a ser recuerdos recientes. Las dos neuronas que respondían más intensamente, que representan dos imágenes concretas, fueron seleccionadas. Así, los pacientes pensaban en Marilyn Monroe y, al dispararse la actividad de sus neuronas, la imagen de la actriz aparecía en la pantalla de un ordenador. Pero los científicos quisieron llegar más lejos. Para distraer al paciente, que pensaba, por ejemplo, en Marilyn, introdujeron en la pantalla otra imagen, la de Michael Jackson, de forma que se veían los dos rostros al mismo tiempo. El voluntario tenía que hacer desaparecer la imagen de la pantalla que no le gustaba, en este caso la de Jackson, tan solo con su mente. Por increíble que parezca, los pacientes tuvieron éxito en un 70 por ciento de las ocasiones.

Estos experimentos demuestran, entre otras cosas, que las imágenes del cerebro funcionan con más fuerza que aquellas que vemos en una pantalla. Y también que podemos utilizar el pensamiento para alterar la percepción de imágenes visuales, de una forma rápida, consciente y voluntaria.

Todo esto podrá ayudar algún día a pacientes con trastornos neurológicos de una manera que hoy ni siquiera imaginamos.













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